Cirugía de la mama

El objetivo de la cirugía de la mama es mejorar la forma y el volumen del pecho, contribuyendo a mejorar la autoestima y confianza de las pacientes. También realizamos cirugía en pechos ya operados, tanto para mejorar los resultados como para recambiar implantes rotos, o retirarlos definitivamente.

¿QUÉ TIPO DE CIRUGÍA ESTÁS BUSCANDO?

AUMENTO MAMARIO

Aumento de senos en paciente con pérdida de volumen tras embarazos y variación de peso.

El aumento de pecho se puede realizar tanto con prótesis como con tejido graso de la propia paciente. En algunos casos, como por ejemplo pacientes con mucha separación de ambas mamas a nivel esternal, se aconseja la realización de ambas técnicas combinadas. La cirugía se realiza a través de una incisión pequeña en la areola, la axila, o en el surco submamario.

El tipo y forma de implante, posición y su volumen se deben elegir cuidadosamente atendiendo tanto a los deseos de la paciente, como a su anatomía. Nuestro fin es conseguir un resultado natural, armónico y bello.

Resultados de cirugías anteriores

Aumento de pecho en paciente con mama tuberosa.

REDUCCIÓN MAMARIA

Resultado a los 6 meses de reducción de pecho. Las cicatrices siguen siendo visibles y rosadas, con el tiempo el color se aclara y se hacen menos evidentes.

La reducción de senos se realiza en casos de hipertrofia (exceso) de glándula mamaria. Sus objetivos son mejorar la proporción corporal, y aliviar las posibles molestias físicas y emocionales.

Las cicatrices dependerán del volumen a extraer, dado que es necesario ajustar la piel tras reducir el tamaño de la glándula mamaria. En algunos casos es posible colocar una prótesis pequeña para mejorar el escote.

Resultados de cirugías anteriores

Resultado a los 8 meses de reducción de pecho en paciente con gigantomastia. Las cicatrices comienzan a aclararse, e irán mejorando durante los primeros 2 años de la cirugía.

ELEVACIÓN DE MAMAS

Elevación de pecho con prótesis mamaria

La elevación de mamas o mastopexia tiene la finalidad de elevar y tensar la forma de los pechos, ayudando a que recuperen un aspecto juvenil. Esta intervención se realiza en casos en los que las mamas han descendido y la piel ha perdido la elasticidad. El tipo de cicatriz dependerá de los centímetros a elevar la mama, así como del tipo de piel de la paciente. En ocasiones, es recomendable colocar una prótesis o una malla para mantener la elevación o mejorar la forma de las mamas. Esta cirugía puede acompañarse de un aumento del volumen mamario mediante la colocación de prótesis o grasa de la propia paciente.

Resultados de cirugías anteriores

Reducción y elevación de pecho con prótesis mamaria.

Preguntas Frecuentes

En la consulta se realizan aumento mamario con implantes y/o lipofilling, recambio de implantes, retirada de implantes, reducción mamaria y mastopexia (elevación), además del tratamiento de la asimetría. El aumento se indica cuando se desea recuperar o ganar volumen y proyección; la reducción, en casos de hipertrofia que genera molestias físicas o desproporción; y la mastopexia, cuando el pecho ha descendido por pérdidas de peso, embarazos o envejecimiento. La elección se personaliza tras valorar anatomía, expectativas y calidad de la piel, priorizando resultados naturales, armónicos y seguros.

La selección del implante (forma, proyección y volumen) y su colocación (subglandular, subfascial o submuscular) se realiza de forma individualizada tras una exploración completa. Se consideran la anchura torácica, la distancia esternal, la elasticidad de la piel y el objetivo estético. Las incisiones habituales son periareolar, axilar o en el surco submamario, buscando siempre cicatrices discretas. Cuando existe gran separación entre mamas o tejidos finos, puede combinarse con lipofilling para suavizar contornos y lograr un escote más natural.

Las cicatrices dependen del volumen a reducir o de los centímetros que sea necesario elevar la mama. Pueden ser periareolares, verticales y, en casos de mayor resección cutánea, en T invertida. El color suele ser rosado durante los primeros meses y se atenúa progresivamente hasta los 12–24 meses. La calidad de la cicatriz mejora con cuidados locales, fotoprotección y seguimiento médico. En algunos casos se recomienda una pequeña prótesis o malla para optimizar el escote y mantener la forma, siempre explicando expectativas realistas. 

La cicatrización suele ser buena en estos casos, aunque siempre existe un componente individual de cada paciente que condiciona que haya personas que cicatricen de manera exagerada (cicatrices hipertróficas y queloides). En estos casos puede ser necesario el tratamiento de las cicatrices mediante láseres y/o corticoides. En caso de cicatrices no sobreelevadas, pero con cambios de pigmentación, es posible su disimulo mediante técnicas de cloaking o tatuajes realizados por expertos en tatuaje paramédico.

Sí. En determinadas anatomías, como tórax ancho o mamas muy separadas, la combinación de prótesis con injerto de grasa autóloga permite pulir el contorno, suavizar los bordes del implante y mejorar la plenitud del polo superior sin aumentar en exceso el volumen protésico. El lipofilling se obtiene mediante liposucción, se procesa y se injerta en planos estratégicos. Esta opción ofrece un acabado más natural y puede repetirse si se desea mayor proyección, siempre respetando la seguridad y la viabilidad del tejido graso. Es importante tener en cuenta que parte de la grasa injertada se reabsorberá en los primeros meses, pero el resto se quedará injertado de manera permanente.

Como toda cirugía, existen riesgos poco frecuentes como sangrado, infección, alteraciones de sensibilidad, seroma, necrosis cutánea o de la areola, o complicaciones anestésicas. Con implantes, se vigilan eventos como contractura capsular o rotura a largo plazo. La recuperación inicial suele requerir reposo relativo 1–2 semanas, uso de sujetador postquirúrgico y limitación de esfuerzo del tren superior 4–6 semanas. El resultado evoluciona durante varios meses hasta que la inflamación cede y los tejidos se asientan. Un seguimiento programado ayuda a detectar y tratar precozmente cualquier incidencia.

Tras un embarazo, los cambios hormonales y físicos tardan varios meses en estabilizarse, y los tejidos deben desinflamarse. Se recomienda esperar entre 3 y 6 meses desde el parto para someterse a una cirugía mamaria, y al menos 1 año desde la finalización de la lactancia materna.

Para llegar en el mejor estado físico posible antes de una cirugía, se recomienda realizar actividad física de manera moderada (caminar, estiramientos, ejercicio físico de bajo impacto), cuidar tu nutrición (comer de forma saludable, con comida rica en proteína y vegatales, y baja en azúcares procesados). También es importante evitar el alcohol y, sobre todo, el tabaco. Bebe suficiente agua y evita la cafeína.

Se recomienda dejar de fumar al menos 2 semanas antes y 2 semanas después de la cirugía, idealmente 1 mes antes y 1 mes después. El tabaco aumenta el riesgo de complicaciones quirúrgicas, entre ellas algunas muy serias como la necrosis de los tejidos y la mala cicatrización.

En los últimos años se ha reducido la cantidad de cirujanos que utilizan drenajes tras la cirugía de pecho. Considero los drenajes solo necesarios en casos muy seleccionados como pueden ser grandes reducciones de mama, con mayor riesgo de acumulación de fluidos o sangrado. En la mayoría de situaciones (reducciones de pecho pequeñas, elevaciones mamarias o aumentos con prótesis), no suelo colocarlos salvo que durante la cirugía lo considere oportuno (por ejemplo paciente con gran tendencia al sangrado). Mi objetivo es minimizar vuestras molestias tras la cirugía, sin que eso conlleve un riesgo mayor de complicaciones.